RÉPLICA A LA CARTA 2231

Ignacio Morales-Cané, Pablo Jesús López-Soto, María Aurora Rodríguez-Borrego

Resumen


En respuesta a la carta al editor de Viejo-Moreno et al., en primer lugar queremos expresar nuestro agradecimiento por el interés mostrado por nuestra revisión sistemática y meta-análisis(1)  sobre el uso del ácido tranexámico (ATX) en el paciente trauma grave en urgencias y emergencias.

 

Como bien comentan, en los resultados de nuestra revisión sistemática y meta-análisis(1)se concluye con una reducción de la mortalidad en los pacientes a los que se les administró ATX con un buen grado de homogeneidad estadística. Revisión en la que el estudio CRASH-2(2)fue el que más peso tuvo. En las guías(3-6)que actualmente se están empleando a este respecto, se recomienda la administración de ATX en pacientes traumatizados graves basándose exclusivamente en el estudio CRASH-2(2)y  en el estudio MATTERs desarrollado en entorno militar durante la guerra de Afganistán(7).

 

Nuestra revisión sistemática y meta-analisis(1), incluye 4 estudios con poblaciones dispares en cuanto a la homogeneidad clínica; en concreto el estudio CRASH-2(2)asumió una variabilidad considerable al admitir cualquier paciente con signos de hipovolemia incluyendo a pacientes con traumatismo craneoencefálico (TCE) y shock hipovolémico(2), además de  presentar un importante riesgo de sesgode selección al basarse en el principio de incertidumbre de los médicos participantes en el estudio CRASH-2(2)tal y como detectamos al hacer la revisión(1).

 

Por otro lado, actualmente se está llevando a cabo el estudio CRASH-3(8), el cual finalizó el reclutamiento en enero de 2019, por lo que se espera que pronto presenten resultados sobre la administración de ATX en pacientes con TCE. En una revisión sistemática publicada por  Weng et al.(9)se mostraron resultados positivos de la administración de ATX en pacientes con TCE.

 

A su vez, otros autores como Sprigg et al.(10), han analizado en el estudio TICH-2 el efecto de la administración de ATX en los pacientes con hemorragia intracraneal espontánea, cuya fisiopatología podría asimilarse a la del TCE, concluyendo que la administración de ATX suponía un beneficio en los pacientes tratados.

 

Tal y como expresan Viejo-Moreno et al., lo ideal y la tendencia actual es la personalización de la Medicina, no obstante, según varios autores(2,7)el beneficio de la administración de ATX se ha observado cuando es administrado en las 3 primeras horas desde el evento traumático(2, 7), circunstancia que implica iniciar la terapia en el ámbito prehospitalario donde no se dispone de métodos analíticos para determinar el estado de la coagulación, que sería lo ideal.

 

Para concluir, los autores(1)queremos indicar que estamos de acuerdo en la controversia que este tema genera y que consideramos que las posibilidades de mejora en cuanto al manejo de la hemorragia en el paciente traumatizado grave y en concreto en lo relacionado con la administración de ATX a estos pacientes es aún grande. 

 

Por lo expuesto, resulta evidente la necesidad de seguir investigando en esta línea con el objetivo de disminuir la mortalidad y las secuelas en los pacientes traumatizados graves.


Palabras Clave


Ácido tranexámico

Trauma grave

Emergencias

Hemorragias