Intoxicación aguda por nuevas drogas de abuso en probables casos de sumisión química oportunista y/o mixta y chemsex en pacientes VIH atendidos en urgencias.

Cesáreo Fernández Alonso, Óscar Quintela Jorge, Sara Ayuso Tejedor, Andrés E Santiago-Sáez, Juan J González Armengol

Resumen


Sr Editor:

Hemos leído con atención el artículo recientemente publicado por Perelló R et al en Emergencias [1]  en el cual se ha objetivado una prevalencia del 87% de casos de chemsex en una muestra de pacientes VIH atendidos en un servicio de urgencias hospitalario (SUH) por intoxicación aguda debido sobre todo a cocaína, GHB y anfetaminas. Entre sus casos no identificaron nuevas drogas de abuso asociadas a chemsex como las catinonas, ni se menciona que se trate de sumisión química (SQ) [2].

La SQ se define como la administración de sustancias psicoactivas (fármacos o drogas) a una persona sin su conocimiento, con finalidad delictiva o criminal como robo, sometimiento o agresiones sexuales. Cuando el agresor aprovecha para su beneficio la ingesta voluntaria de alguna sustancia incapacitante por parte de la víctima se habla de vulnerabilidad química o SQ oportunista [3]. Por último, se pueden dar cuadros de SQ mixta cuando se combinan los anteriores.

Hasta la fecha se han notificado casos de sospecha de SQ atendidos en urgencias [3, 4] siguiendo un protocolo de actuación específico [5] pero, según nuestro conocimiento, no se habían relacionado con prácticas chemsex.

En este sentido, nos parece pertinente comunicar dos casos clínicos de pacientes VIH con sospecha de SQ oportunista o mixta asociados a chemsex atendidos en 2018 en el SUH del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (HCSC) en un período de 4 meses de diferencia [1]. El primero es un varón de 28 años de nacionalidad española, VIH+ conocido desde 2015 en tratamiento antirretroviral con última carga viral de 450 CD4 y VHC sin fallo hepático.  Acude al SUH del HCSC  remitido por Emergencias tras encontrar al paciente en vía pública agitado y confuso. El hallazgo de un frasco de líquido transparente entre sus pertenencias hace sospechar que se trate de una intoxicación por GHB. Tras medidas de soporte vital básico y la administración de benzodiacepinas el paciente mejora progresivamente reconociendo consumo voluntario habitual de cannabis y ocasional en el pasado de GHB. Reconoce práctica de chemsex utilizando aplicaciones de contactos para móvil aunque no recuerda bien lo sucedido en el momento actual. En el segundo caso se trata de un varón de 36 años de nacionalidad extranjera, VIH+ conocido desde 2009 en tratamiento y con última carga viral indetectable.  Acude por iniciativa propia al SUH refiriendo ansiedad, inquietud, dolor y parestesias en un brazo tras haber participado de forma voluntaria en sesión de chemsex unas 4-6 horas antes. Recuerda que accedió a que le inyectaran “drogas” en su brazo que desconoce. Tras sufrir un período de amnesia, confusión y alteración de conciencia no descarta una posible agresión sexual. El tratamiento en el SUH consistió en metamizol iv en dosis única. En los dos casos referidos no se encontraron alteraciones significativas en las pruebas complementarias salvo elevación de lactato y creatin-kinasa en sangre. En ambos se activó el protocolo de SQ del centro [5] recogiendo muestras biológicas para análisis toxicológico (AT) en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) de Madrid. Ninguno de los dos pacientes quiso interponer denuncia en ese momento a la policía y solicitaron el alta voluntaria del SUH.

En el AT de ambos casos [tabla 1] se aprecia una gran similitud fruto del policonsumo por diferentes vías de administración (oral, inhalatoria y parenteral) de drogas vinculadas a chemsex como la cocaína, anfetamina, GHB y derivados [1]. A su vez, y pese a no ser la primera vez que se identifican [6], resultan novedosas la detección de catinonas sintéticas como la mefedrona, cloro-alfa-PVP, clorometilcatinona, metiletcatinona o N-etilhexedrona. La presencia de sildenafilo, conocido potenciador de la actividad sexual y adulterante del GHB [7], es habitual en escenarios en los que tienen lugar prácticas de chemsex fundamentalmente en relaciones sexuales de hombres con otros hombres [8]. Sin lugar a dudas un aspecto novedoso es la detección concomitante en los pacientes de hasta cinco NPS (acrónimo inglés para new psychoactive substances) del grupo de las catinonas sintéticas. La razón de esto puede ser explicada desde el ámbito forense. Durante los últimos tres años se han recibido en el INTCF de Madrid diferentes alijos en los que se identificaron hasta cuatro de estas catinonas sintéticas mezcladas en forma de sólido pulverulento. Es por ello que, según nuestro criterio, en el consumo a lo largo de horas (o días) se combinen las sustancias clásicamente empleadas (GHB o GBL, sildenafilo, cocaína, cannabis…) con el consumo de este polvo con diferentes catinonas sintéticas mezcladas.

En relación con los casos aquí presentados, y a diferencia de los descritos por Perelló R et al [1], conviene destacar que las víctimas se sintieron manipuladas y engañadas al desconocer el “cocktail” de sustancias incapacitantes recibidas. El relato de ambos pacientes alude a que las relaciones sexuales mantenidas no fueron consentidas (al menos no todas), siendo por tanto víctimas de SQ oportunista o quizá mixta [1].

Según lo anterior queremos destacar que tanto la SQ como el chemsex son fenómenos emergentes [9] que pueden estar relacionados y que poseen implicaciones médico-legales, en el ámbito de las enfermedades infecciosas y de la toxicología [10]. Por todo ello se considera conveniente que los SUH tengan protocolos de actuación específicos que contemplen la posibilidad de realizar AT exhaustivos [1,5] con capacidad de detectar nuevas drogas de síntesis como por ejemplo las diferentes catinonas sintéticas presentadas en este manuscrito.


Palabras Clave


intoxicación, nuevas drogas de abuso, sumisión quimica, chemsex, urgencias